Ciudadanía y Gobernanza

 

 

Propósito del PET.

Crear y consolidar procesos de formación, organización e incidencia ciudadana para la gobernanza, en el que las y los ciudadanos fortalezcan su voluntad, autonomía y capacidad para ejercer poder e incidir en los distintos espacios, niveles y tipos de participación. Esto exige una transformación total del ejercicio de la política desde una perspectiva ética y de inclusión.

La consolidación de este tipo de procesos tiene como referentes a las distintas escuelas de ciudadanía de otros PDP y a la Escuela de Desarrollo y Paz de la Redprodepaz, en las que las y los pobladores están llamados a participar de manera activa en los asuntos que les afectan; esta participación, que es un ejercicio y un derecho, fruto de luchas sociales, se da en diversos niveles que permiten el tránsito de una personas indiferentes a lo público hacia un sujeto de derechos y deberes, agente de gobernanza, actuante en diversas instancias institucionales y comunitarias de planeación, formación, toma de decisiones, control social, ejecución y gestión.

 

Ideas de proyectos priorizados

  1. Escuela de formación política: Procesos y rutas de formación ciudadana: control social y veeduría, mecanismos de participación, comités de seguimiento, presupuestos participativos, formulación de proyectos, planes de desarrollo, demás instancias de participación en el que se incluya a niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
  2. Fortalecimiento de las JAC
  3. Observatorio rural: Visibilidad del sector rural: desarrollo, bienestar, participación
  4. Incidencia en procesos electorales: agendas, programas de gobierno
  5. Eventos sobre temas de gobernanza: gobernanza digital, mujeres y participación, planes de vida étnicos, ruralidad, ética pública, etc.

 

Contexto

En nuestro país se ha reducido la democracia a lo electoral y representativo, dejando de lado otros tipos de democracia más acordes con la Constitución Política y el carácter pluralista de Colombia en cuanto a lo territorial, lo étnico e ideológico; en este sentido, tanto la democracia participativa, como la deliberativa, si bien son reconocidas e impulsadas desde las distintas normas, aún carecen de la amplia aceptación y ejercicio que se esperaría después de tantas luchas sociales por gobiernos más incluyentes, que piensen y miren al país desde las regiones y se centren en el bienestar o garantía de derechos de sus ciudadanos. Son estos mismos los que aún no transitan desde un rol de consumidor de los servicios del Estado (súbditos, según la tipología de Almond y Verba, 1967) a un rol de sujeto político, según las características que le da la RedProdepaz.

Incluso, en cuanto a lo electoral, la participación es deficitaria en lo cuantitativo (el abstencionismo es del 50% en elecciones presidenciales, del 33% en elecciones locales y de más del 50% en plebiscitos o consultas) y en lo cualitativo (el voto programático y consciente aún no cala en la ciudadanía); ni qué decir de los diversos delitos electorales que se dan en cada ciclo y de la corrupción que campea en todos los ámbitos de la vida pública. Y es que en la coyunturas electorales se asiste al hecho de que excalcaldes y excongresistas tachados de corruptos o con procesos abiertos por corrupción, se lancen ellos o lancen a sus amigos y familiares a la arena electoral y, por falta de competencias ciudadanas y delitos electorales como la transhumancia o la compra de votos, salgan elegidos, perpetuando, de esta manera su hegemonía corrupta y, a veces mafiosa, con el consecuente perjuicio para el desarrollo y la paz de la región.

La participación en las diversas instancias establecidas por ley o ganadas a través de luchas sociales es muy baja: solo el 0,05% de las y los colombianos, participa en alguna de ellas, según la Encuesta de cultura política del Dane (2017).

Este panorama configura un matrimonio trágico entre corrupción de los que gobiernan e indiferencia de los ciudadanos.

 

Enfoque.

El enfoque de trabajo es el de ciudadanía integral mediante el cual las y los pobladores del territorio están llamados a participar de manera activa en los asuntos que les afectan, preocupados no solo por sus derechos civiles, sino también por todos los demás derechos. La ciudadanía integral exige pasar de ser súbditos de un sistema democrático, a ser sujetos políticos que ejercen la gobernanza mediante un diálogo y trabajo inter pares con el gobierno y el estado.